Resumen
La enfermedad de Alzheimer (EA) es un trastorno neurológico que provoca la muerte de las células nerviosas del cerebro. Por lo general, la EA comienza paulatinamente y sus primeros síntomas pueden atribuirse a la vejez o al olvido común. A medida en que avanza la enfermedad, se van deteriorando las capacidades cognitivas, entre ellas la capacidad para tomar decisiones y llevar a cabo las tareas cotidianas, y pueden surgir modificaciones de la personalidad, así como conductas problemáticas. En sus etapas avanzadas, la EA conduce a la demencia y finalmente a la muerte.
Cifras
Se estima que en los Estados Unidos hay cuatro millones de personas a las que se les ha diagnosticado la EA. La enfermedad de Alzheimer se presenta con mayor frecuencia entre personas de más de 65 años de edad; sin embargo, también puede afectar a personas mucho más jóvenes. La incidencia de la demencia aumenta rápidamente después de los 65 años de edad. En 1998, el porcentaje de personas mayores con trastornos moderados o graves de la memoria iba desde 4% en el grupo de 65-69 años de edad hasta 36% entre los ancianos de 85 años o más. La EA es la novena causa más importante de muerte entre las personas de 65 años de edad o más.
Se estima que los costos directos e indirectos de la atención a los pacientes de la enfermedad de Alzheimer ascienden en los Estados Unidos a 100.000 millones de dólares. Según estimaciones La Asociación de la enfermedad de Alzheimer, el costo medio acumulado de la atención a cada paciente de EA a lo largo de su vida es de aproximadamente US$174.000.
Síntomas
Los pacientes con EA viven, en promedio, aproximadamente ocho años tras el diagnóstico, aunque algunos pueden vivir hasta 20 años después de diagnosticárseles la enfermedad. Con el fin de ayudar a entender los cambios que ocurren según avanza este mal, la EA se divide en tres etapas: inicial, intermedia y avanzada. No obstante, es importante recordar que la evolución de los síntomas difiere de una persona a otra, y que cada etapa se desarrolla gradualmente a lo largo de varios años. Además, no es raro que los pacientes de EA tengan “días buenos” y “días malos”. Por ejemplo, en la etapa inicial de la EA es posible que el paciente no muestre ningún síntoma el lunes, pero puede que el martes no se acuerde del nombre de sus familiares ni sepa encontrar la leche en el refrigerador.
A continuación se resumen los síntomas más frecuentes en cada etapa:
Etapa inicial de la EA
- Dificultad para recordar hechos y conversaciones recientes
- Dificultad para recordar el mes o el día de la semana.
- Pérdida de la capacidad para manejar dinero
- Apatía general y alejamiento de las relaciones sociales
- Cada vez es más difícil cocinar o ir de compras
- Errores de juicio; dificultad para tomar decisiones apropiadas
- Tendencia a perder las cosas
- Posible desorientación en entornos conocidos
Etapa intermedia
- Surgen conductas problemáticas
- Ira, suspicacia, reacciones desproporcionadas, paranoia (por ejemplo: creer que los familiares le roban dinero o que el cónyuge tiene una aventura)
- Deambulación o vagabundeo
- Repetición de las mismas preguntas o frases
- Síndrome del atardecer (es decir, agitación o inquietud cuando cae la tarde)
- Temor a bañarse
- Alucinaciones
- Problemas para comer
- Incontinencia
- Acumulación y ocultamiento de sus pertenencias
- Conducta sexual inapropiada
- Comportamiento violento
- Antes necesitaba ayuda para elegir la ropa y acordarse de mudarse de ropa; ahora necesita ayuda para vestirse
- Antes necesitaba que se le instara al aseo personal; ahora necesita ayuda para bañarse, tomar los medicamentos, cepillarse los dientes y hacer sus necesidades, etc.
- Dificultad cada vez mayor para la expresión y comprensión verbales
- Problemas espaciales (por ejemplo, dificultades para colocar platos y cubiertos en la mesa)
- Pérdida de la capacidad para leer, escribir y sacar cuentas
- Pérdida de la coordinación
- Necesita atención o supervisión las 24 horas del día, los siete días de la semana
- Es posible que en ocasiones no reconozca a familiares y amistades
Etapa avanzada
- Incapacidad para comunicarse
- Incapacidad para reconocer personas, lugares y cosas
- No le es posible participar en su cuidado personal
- Pierde la capacidad de caminar
- Pierde la capacidad de sonreír
- Es posible que se le contraigan los músculos
- Puede perder la capacidad de tragar
- Es posible que se presenten convulsiones
- Pérdida de peso
- Pasa la mayor parte del tiempo durmiendo
- Puede mostrar la necesidad de chupar cosas
- Incontinencia
A medida que se agravan los síntomas de la EA, aumenta la presión sobre el cuidador. El cuidado presenta cada vez más dificultades físicas y consume más tiempo. En algún punto de esta etapa, la mayoría de los cuidadores necesitarán ayuda de terceros.
El diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer
El diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer se basa en una combinación de pruebas y exámenes. Debe diferenciarse de los olvidos ocasionales que se presentan normalmente con la vejez, y también de los vinculados con la depresión, la desnutrición y los efectos secundarios de los medicamentos, que pueden provocar síntomas semejantes a los de la etapa inicial de la EA. Por lo general, el médico inicia la evaluación mediante la historia personal, el examen físico y la valoración de las capacidades cognitivas del paciente. Estos pasos ayudan al médico a decidir si se necesitan más pruebas. Es posible que el médico de atención primaria recomiende que se realice un examen más a fondo en un centro de evaluación de la enfermedad de Alzheimer, o por un especialista en demencia o geriatría. Dicho examen probablemente incluya una meticulosa evaluación médica y de la historia personal, seguida de extensas pruebas neurológicas y neuropsicológicas. La evaluación de la demencia debe incluir entrevistas con familiares y otras personas que tengan estrecho contacto con el paciente.
Tratamiento tras el diagnóstico
Los investigadores aún no conocen con exactitud la causa de la enfermedad de Alzheimer, y por ahora no existe cura alguna. No obstante, en los últimos años se han logrado avances considerables en la investigación y se han descubierto distintos medicamentos para la etapa inicial de la EA. Los investigadores aún no han encontrado un tratamiento ideal que impida o cure la EA, sin efectos secundarios, que resulte económica y que esté ampliamente disponible.