Tratamientos complementarios y alternativos
Hierba de San Juan. Uno de los tratamientos alternativos más estudiados para los síntomas depresivos es la hierba de San Juan (Hypericum perforatum). Es un producto botánico que se emplea ampliamente en Europa para el tratamiento de la depresión entre leve y moderada, y que actualmente se está estudiando en los Estados Unidos. La hierba de San Juan se vende sin prescripción médica en los Estados Unidos como suplemento nutritivo.
Se promociona como una manera “natural” de mejorar el estado de ánimo, en el tratamiento de la depresión entre leve y moderada. Los investigadores la están estudiando para determinar si provoca menos efectos secundarios, o menos intensos, que los fármacos antidepresivos.
Sin embargo, aún existen dudas de que la hierba de San Juan realmente logre el efecto que prometen sus partidarios. En lo que se refiere a los fármacos que se venden sin prescripción médica en Estados Unidos, no existen criterios establecidos con respecto a la cantidad del ingrediente activo que debe poner cada empresa en sus productos, ni sobre la dosis adecuada para personas específicas. La Dirección de Alimentos y Fármacos de los EE.UU. (FDA) publicó una advertencia de que la hierba de San Juan pudiera afectar la vía metabólica que utilizan muchos medicamentos que sí se venden bajo prescripción para el tratamiento de diversas enfermedades, entre ellas los trastornos cardíacos, la depresión y las infecciones por el virus de inmunodeficiencia humana. Si usted está tomando la hierba de San Juan o está pensando en usarla, converse con su médico u otro profesional de la salud para cerciorarse de que dicho producto no interfiera con los demás tratamientos que se le hayan prescrito.
Trastorno afectivo estacional. Los cuidadores que se ponen melancólicos cuando se ven confinados en la casa, o en los días grises del invierno, tal vez padezcan del trastorno afectivo estacional (Seasonal Affective Disorder - SAD), también conocido como “depresión invernal”. Según cambian las estaciones, se van produciendo variaciones en nuestros relojes biológicos internos o ritmos circadianos, en parte como respuesta a los cambios en el ciclo solar. Esto puede hacer que nuestros relojes biológicos pierdan la sincronía con la actividad diaria. Las personas que padecen del SAD experimentan dificultades para ajustarse a la disminución de la luz solar durante los meses de invierno. Los síntomas de este trastorno son más pronunciados en enero y febrero, cuando los días son más breves. El SAD suele diagnosticarse incorrectamente como hipotiroidismo, hipoglicemia, mononucleosis infecciosa u otros trastornos virales.
Se ha comprobado que la fototerapia con lámparas fluorescentes de gran intensidad, especialmente diseñadas, elimina los síntomas depresivos del SAD. Los expertos creen que la fototerapia actúa mediante la modificación de los niveles de ciertas sustancias químicas del cerebro, específicamente la melatonina. La medicación antidepresiva, conjuntamente con otros tratamientos, entre ellos el ejercicio físico, también puede resultar beneficiosa. Si usted padece de leves síntomas depresivos de carácter estacional, pruebe a incrementar el nivel de iluminación de su entorno con lámparas u otras fuentes de luz. Si los síntomas son lo suficientemente intensos como para afectar su actividad cotidiana, busque a un profesional de la salud que tenga experiencia en el tratamiento del SAD.
El ejercicio físico. Se ha comprobado que el ejercicio físico reduce los efectos de la depresión. El caminar tres veces a la semana de 30 a 45 minutos ayuda a reducir o aliviar los síntomas depresivos. No se sabe a ciencia cierta si la actividad física impide el inicio de la depresión o si sólo contribuye a modificar sus efectos. Suele ser difícil para los cuidadores programar tiempo para el ejercicio físico. Muchas veces se considera como una actividad de “valor añadido”, algo que se hace cuando ya esté hecho todo lo demás. Trate de incluirlo en la lista de “tareas por hacer”. Puede pedirle a una amistad que le acompañe a caminar una vez por semana, como un regalo especial, o pedirle al médico que le prescriba las caminatas o la incorporación a un centro de ejercitación. Todas las investigaciones muestran que el ejercicio periódico contribuye a la buena salud.
El pago del tratamiento
Por lo general, los seguros privados y Medicare cubren el costo de algunos tipos de tratamiento mental. Lo mejor será que hable directamente con el profesional de la salud mental para precisar si acepta el pago de su seguro. Las empresas de seguros de salud normalmente incluyen a los profesionales de la salud mental en la misma relación donde aparecen los médicos de atención básica. Los afiliados a Medicare encontrarán una fuente de información útil en el folleto titulado “Medicare and Your Mental Health Benefits”. Consulte la sección “Otras fuentes de información” de este folleto para saber dónde puede obtener un ejemplar.
En la sección de “servicios cubiertos” de las pólizas de seguros se especifica la cobertura de salud mental para los pacientes internados (en hospitales o centros de tratamiento) y ambulatorios (atendidos en los consultorios médicos), cuántas consultas se abonarán y con qué nivel de reembolso. Los cuidadores que tengan un empleo posiblemente dispongan de acceso a algún tipo de programa de asistencia a los empleados, en el que podrán consultar a distintos profesionales (normalmente psicólogos y trabajadores sociales), para sostener entrevistas confidenciales y conversar sobre sus problemas personales o profesionales.
Los cuidadores que carecen de seguro de salud, o que pagan de su propio bolsillo la atención especializada, observarán que las tarifas varían según el profesional; los psiquiatras suelen tener tarifas más elevadas, mientras que los psicólogos y los trabajadores sociales ofrecen sus servicios a precios más moderados. En ciertos casos, los centros de salud mental aplican una tarifa basada en la capacidad de pago de cada persona. En todo caso, averigüe la tarifa antes de iniciar el tratamiento, para evitar malentendidos más adelante.
Estrategias de autoayuda
Los trastornos depresivos pueden provocar que uno se sienta agotado, inerme y sin esperanzas. Dichos pensamientos y sentimientos negativos hacen que algunas personas se sientan a punto de abandonar la batalla. Es importante comprender que esos puntos de vista negativos son parte de la depresión y que posiblemente no reflejen fielmente la situación. El Instituto Nacional de Salud Mental sugiere las siguientes recomendaciones para enfrentar la depresión:
- Fíjese objetivos realistas tomando en cuenta la depresión y sólo asuma un grado razonable de responsabilidad.
- Desglose las tareas grandes en eslabones más pequeños, fíjese algunas prioridades y haga lo que pueda en la medida en que pueda.
- Trate de conversar con otras personas y de confiar en alguien; por lo general eso es mejor que estar solo y ocultar lo que uno siente.
- Participe en actividades que le hagan sentir mejor, como el ejercicio físico ligero, ir al cine o a un espectáculo deportivo, o asistir a encuentros comunitarios de carácter religioso o social.
- Tenga en cuenta que su estado de ánimo mejorará gradualmente, no de inmediato. La mejoría toma tiempo.
- Es recomendable que posponga las decisiones importantes hasta que se haya disipado la depresión. Antes de tomar una decisión importante —cambiar de empleo, casarse o divorciarse—converse sobre ello con otras personas que le conozcan bien y que tengan una visión más objetiva de su situación.
- Pocas veces desaparece súbitamente la depresión por un acto de voluntad. Pero sí es posible sentirse un poco mejor cada día que pasa.
- Recuerde: las ideas positivas ocuparán el lugar de los sentimientos negativos que forman parte de la depresión. El pensamiento negativo irá cediendo en la medida en que la depresión responda al tratamiento.
- Permita que sus familiares y amistades le ayuden.
Si obtiene la ayuda directa de otras personas para atender a su ser querido, con el fin de que usted disfrute de un tiempo de descanso, si recibe el apoyo positivo de los demás, si se imbuye de ideas positivas y participa en actividades recreativas, todo ello contribuirá a aliviar la depresión. Asista a las clases y los grupos de apoyo disponibles a través de las organizaciones de apoyo a los cuidadores, pues en ellos aprenderá o practicará estrategias eficaces para la solución de problemas y para enfrentarse a las dificultades inherentes al cuidado del paciente. En aras de su propia salud y de la salud de quienes le rodean, tómese algún tiempo para cuidarse a sí mismo.
Dónde encontrar listas de verificación en Internet para determinar si sufre de un estado depresivo
Lista de verificación sobre la depresión de la Asociación Nacional de Salud Mental (National Mental Health Association)
http://depression-screening.org
Sitio web del Día Nacional de Evaluación de la Depresión (National Depression Screening Day)
www.nmisp.org/depression.htm
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